Los edificios consumen de media un 40 por ciento de la energía de las ciudades que, por sí solas, generan el 40 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, es por ello que es esencial crear inmuebles ecológicos.
Así lo han concluido expertos de la ONU y representantes de varias ciudades que hoy han participado del seminario "Ciudades climáticamente neutras", donde han debatido sobre la ausencia de políticas medioambientales bien estructuradas en la planificación urbana, y sobre la necesidad de construir edificios ecológicamente eficaces.
"En Europa, los edificios consumen el 40 por ciento de la energía de las ciudades, en Estados Unidos el 38 por ciento y en Nueva York (EEUU) el 80 por ciento, por ello es esencial modificar nuestros inmuebles para hacerlos más eficaces y poder reducir el consumo de energía", señaló Paul Rode, ejecutivo de proyectos de la empresa Solutions Division of Johnson Controls, Inc., responsable de la renovación del Empire State Building.
"Actualmente contamos con las soluciones técnicas necesarias para lograr una revolución ecológica en el siglo XXI, sólo debemos ponernos manos a la obra en todos los ámbitos y especialmente en el área de la vivienda para poder tener un planeta viable en el futuro", afirmó, a su vez, Charles Magnier, director de la Organización No Gubernamental (ONG) francesa Prioriterre y creador de la "Maison pour la Planete".
Ambos se dedican a crear o rehabilitar edificios para que sean más eficaces energéticamente y, por tanto, consuman, gasten y contaminen menos. Los edificios o viviendas que han sido rehabilitadas o construidas pensando en el menor consumo energético pueden reducir ese gasto hasta un 90 por ciento, tal como lo demuestran las "casas pasivas" creadas por el alemán Wolfgang Feist.
Las modificaciones pasan especialmente por un buen aislamiento, unas ventanas con vidrio triple, un sistema de ventilación y de recuperación del calor, y unos paneles foto-voltaicos con los que crear desde un tercio de la energía consumida, hasta un excedente que puede venderse posteriormente. "La idea es simple: reducir el gasto, reciclar y reutilizar, y lograr una economía circular en lugar de la actual lineal", explicó Magnier.
En la "Maison pour la planete", el sistema de ventilación permite que, en verano, con una temperatura exterior de 40 grados, en el interior se esté a 27 grados y que, en invierno, con una temperatura exterior de -12º, en el interior se disfrute de 16 grados centígrados.
"Es verdad, esta casa cuesta un 15 por ciento más que una tradicional, pero el ahorro posterior y el beneficio a la naturaleza lo justifican sobradamente", puntualizó Magnier. El Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático, ganador del Premio Nobel, estima que el sector comercial y residencial tiene el potencial de reducir hasta el 29 por ciento las emisiones de gas de efecto invernadero antes del 2020. Fuente : EFE
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