El gas natural, un hidrocarburo compuesto principalmente por metano (CH4), ha sido una fuente de energía fundamental durante décadas. Su uso se ha extendido a diversos sectores, incluyendo la generación de electricidad, la calefacción, el transporte y la industria.
Argumentos a favor del gas natural:
- Combustible fósil más limpio: En comparación con otros combustibles fósiles como el carbón, el gas natural produce menos emisiones de dióxido de carbono (CO2) y contaminantes del aire durante su combustión. Esto lo convierte en una opción relativamente más atractiva en la búsqueda de alternativas energéticas con menor impacto ambiental.
- Flexibilidad y confiabilidad: El gas natural es una fuente de energía flexible que puede adaptarse rápidamente a cambios en la demanda. Además, su almacenamiento y transporte son relativamente eficientes, lo que lo convierte en una fuente confiable de energía.
- Papel en la transición energética: Algunos expertos sostienen que el gas natural puede jugar un rol importante en la transición hacia un sistema energético más sostenible. Su capacidad para complementar las fuentes de energía renovable intermitentes como la energía solar y eólica podría ser crucial para garantizar la estabilidad del suministro energético.
Preocupaciones y desafíos:
- Emisiones de metano: Si bien el gas natural produce menos CO2 que el carbón, las fugas de metano durante la producción, transporte y uso pueden tener un impacto significativo en el calentamiento global. El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento atmosférico mucho mayor que el CO2.
- Impactos ambientales: La extracción de gas natural, particularmente mediante técnicas como la fracturación hidráulica (fracking), puede tener impactos ambientales negativos, incluyendo la contaminación del agua, la alteración del ecosistema y la sismicidad.
- Dependencia de los combustibles fósiles: El uso continuo del gas natural, incluso como combustible de transición, nos mantiene atados a los combustibles fósiles y retrasa la adopción de alternativas energéticas verdaderamente sostenibles.
El futuro del gas natural:
- Escenario de alto uso: En este escenario, el gas natural se seguiría utilizando ampliamente como combustible de transición, con un enfoque en la reducción de las emisiones de metano y la mejora de las prácticas de extracción.
- Escenario de bajo uso: En este escenario, la transición hacia energías renovables se aceleraría, lo que relegaría al gas natural a un rol secundario o incluso lo eliminaría gradualmente del sistema energético.
- El camino que se tome dependerá de una serie de factores, incluyendo el ritmo de desarrollo de las tecnologías de energía renovable, las políticas gubernamentales, las presiones económicas y la preocupación pública por el cambio climático.
El gas natural tiene el potencial de jugar un papel en la transición hacia un sistema energético más sostenible, pero es crucial abordar las preocupaciones ambientales asociadas a su producción y uso. La decisión de seguir utilizando el gas natural a largo plazo dependerá de cómo se equilibren estos riesgos y beneficios en el contexto de la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de un futuro energético sostenible.
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