El modelo servirá a las generaciones futuras para leer los datos almacenados usando tecnología obsoleta. Acompañados por unos corpulentos guardias de seguridad vestidos de negro, los científicos transportaron una cápsula del tiempo a través de un laberinto de túneles y cinco zonas de seguridad hasta una cámara acorazada cerca de las pistas de esquí de la estación de Gstaad. La caja sellada contiene una clave para descifrar los formatos digitales entonces obsoletos, que serán almacenados durante el próximo cuarto de siglo tras una puerta de varias toneladas, lo suficientemente fuerte como para resistir un ataque nuclear en las instalaciones de almacenamiento de datos, conocida como Swiss Fort Knox.
“Los libros con las notas de Einstein puedes bajarlos de la estantería y leértelos a día de hoy. Avanza 50 años o más y las notas de Stephen Hawking estarán probablemente guardadas solamente en formato digital, y puede que nosotros no seamos capaces de acceder a todas”, afirmó el bibliotecario británico Adam Farquhar, uno de los dos archivista e informáticos encargados de instalar la cápsula.
Esta cápsula es la culminación de un proyecto de cuatro años denominado “Planetas”, que se basa en la experiencia de 16 bibliotecas europeas, archivos e instituciones de investigación, para preservar los recursos digitales existentes en el mundo, como el hardware y el software, y que se han ido reemplazando a un ritmo vertiginoso.
“La cápsula del tiempo depositada dentro de Swiss Fort Knox contiene el equivalente digital del código genético de diferentes formatos de datos, un ’genoma digital’”, comentó Farquhar, coordinador del proyecto de 15 millones de euros (18,5 millones de dólares). “Ni siquiera puedo leer mi propia tesis ya, salvo en formato de papel, porque no teníamos nada de esto cuando yo la escribí”, agregó.
Ya se han creado alrededor de 100 gigas de datos -el equivalente a 24 toneladas de libros- por cada individuo del planeta, que van desde las fotos de las vacaciones hasta los registros sanitarios, según dijeron los organizadores del proyecto, añadiendo que esto implica a más de un billón de discos de CD con datos en todo el mundo.
Mientras los avances tecnológicos ayudan a las personas a vivir más tiempo, el periodo de la tecnología se acorta, lo que supone que la Unión Europea pierde activos de información digital por valor de al menos 3.000 millones de euros al año, indicaron los expertos.
Los estudios muestran que los formatos comunes de almacenamiento de datos, como los CD y DVD, duran 20 años, mientras que los formatos de archivos digitales tienen una esperanza de vida de cinco a siete años solamente, y el hardware incluso menos.
“El incumplimiento de medidas adecuadas de preservación digital nos puede costar miles de millones en el futuro”, aseguró Andreas Rauber, profesor de la Universidad de Tecnología de Viena y que participa en este proyecto.
Sin el soporte de software y sin los sistemas operativos compatibles, y sabiendo lo que es un disco, que nos permita solamente leer los archivos será totalmente imposible, puntualizó Farquhar.
El proyecto espera preservar los “datos del ADN”, la información y las utilidades para acceder y leer material digital histórico y evitar la pérdida de memoria digital en el próximo siglo.
Visto : Elespectador.com
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