Una de las mayores preocupaciones de una empresa de Internet es mantener intacto su prestigio. Y eso se consigue, en parte, en ofrecer un servicio robusto a prueba de golpes. Evitar esas «caídas». De Facebook se le recuerdan muy pocas a lo largo de sus más diez años de vida. En Twitter era más recurrente. Solo todo antes de convertirse en un gigante que cotiza en bolsa. En sus primeros años, cada dos por tres aparecían los llamados «fail whale», la icónica imagen de ballenas y pájaros que advertía de un problema técnico. VER MÁS
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