Las aplicaciones de mensajería instantánea tipo WhatsApp, Telegraph o Snapchat se han convertido en un elemento indispensable en el ‘smartphone’. Pero, ¿salvaguardan nuestra privacidad?
De manera casi constante se desarrollan vulnerabilidades en los programas de mensajería instantánea que comprometen la información de los usuarios. La última que ha salido a la luz, según alertan desde Incibe, es una campaña que ofrece fraudulentamente un supuesto servicio de vídeo llamadas para WhatsApp que suscribe al usuario a un sistema de SMS premium.
En marzo, un grupo de desarrolladores ya detectó en el código de Telegram, a priori impenetrable, un error que permitía suplantar el perfil de los usuarios y acceder a casi la totalidad de su información.
Todo ello, pese al creciente esfuerzo de las aplicaciones de mensajería por hacer más robustos sus sistemas de seguridad y proteger la privacidad de las millones de personas que les facilitan sus datos.
Unos esfuerzos que tratan de aplacar la cada vez mayor desconfianza de los internautas a la hora de compartir su información personal en la Red. Según una encuesta elaborada por GSMA, la asociación internacional que agrupa a más de 800 operadores de telefonía móvil de todo el mundo, un 83% de los usuarios asegura estar preocupados por la seguridad de sus datos cuando acceden a Internet o a una aplicación.
A principios de mes, WhatsApp reforzó su seguridad añadiendo a las comunicaciones de sus más de 1,000 millones de usuarios un servicio de cifrado de extremo a extremo. Una solución que impide que nadie, que no sea el emisor y el receptor, acceder al contenido del mensaje y que ya empleaban aplicaciones como Telegram o FaceTime.
La app de mensajería rusa incorpora también un sistema que permite la autodestrucción de los mensajes y que evita que éstos puedan ser reenviados a terceros. Precisamente, la posibilidad de enviar fotos y vídeos temporales, de un máximo de 10 segundos, es la principal baza de Snapchat para atraer a millones de millenials preocupados por la confidencialidad de sus comunicaciones.
Pero, ¿realmente son indescifrables los mensajes de WhatsApp? ¿Pueden terceros espiar nuestras comunicaciones por Facebook Messenger? ¿Estamos a salvo de que un atacante externo penetre en los chats secretos de Telegram? ¿Son de verdad temporales los contenidos que se comparten por Snapchat?
En base a las opiniones de los principales expertos del sector, Expansión analizó las soluciones de seguridad que incorporan las principales aplicaciones de mensajería instantánea. ¿Cuál será la más segura para chatear?
WhatsApp
“La última actualización de WhatsApp supone un gran avance, pero no hay que olvidar que Telegram ha sido siempre pionera en esto y su cifrado lleva tiempo en marcha. WhatsApp va un poco al remolque porque tiene un volumen de usuarios muy grande y le cuesta más implementar cualquier actualización”, comenta José de la Cruz, director técnico de Trend Micro Iberia.
WhatsApp se lanzó en 2010 como una aplicación de mensajería instantánea entre usuarios de dispositivos móviles. “La aplicación nació con una seguridad muy básica que ha tenido que evolucionar a lo largo del tiempo.
La adquisición por parte de Facebook fue fundamental para este paso, pues desde la compañía de Zuckerberg se dieron cuenta de que era necesario mejorar la privacidad de los usuarios. Actualmente, me atrevería a decir que es una de las aplicaciones más seguras del mercado”, afirma Antonio Ramos, experto en hacking y fundador de Mundo Hacker.
Los expertos coinciden en la mejora de WhatsApp en cuanto a seguridad. Desde Incibe (Instituto Nacional de la Ciberseguridad) comentan a este medio que la aplicación, propiedad de Facebook, implementa un cifrado robusto y lo hace de punto a punto, o de origen a destino, desde su última versión publicada a principios de mes.
Pero como en todo, el blindaje que hace WhatsApp de las comunicaciones de sus usuarios también tiene sus inconvenientes. “Cuando hablamos de seguridad en este tipo de aplicaciones hablamos normalmente de privacidad respecto a los gobiernos.
Que WhatsApp haya adoptado este tipo de cifrado de punta a punta significa, que aunque un juez pida a la compañía acceder a una determinada información y WhatsApp quiera aportar esos datos, no va a poder porque esa conversación estará completamente cifrada.
Evidentemente esto no gusta nada a las autoridades, que puede que acaben pidiendo una puerta trasera para volver a acceder a estos datos y que podría acabar siendo incluso más peligroso”, asegura Luis Corrons, responsable técnico de Panda Labs en Panda Security.
Telegram
WhatsApp ya estaba en los teléfonos de millones de usuarios cuando nació Telegram. La aplicación de origen ruso ya conocía los problemas de seguridad, por lo que inició su andadura con un sistema más seguro para los usuarios.
“Además, el hecho de que WhatsApp fuera norteamericana y de que Telegram fuera rusa ha sido clave para algunos clientes. Tras las filtraciones que desveló Edward Snowden, la privacidad en Estados Unidos quedó en entredicho, por lo que muchos optaron por Telegram como la aplicación para comunicarse más segura. De hecho, es sabido que muchos miembros del ISIS utilizan esta app”, afirma Corrons.
Una de las ventajas de Telegram es el uso de código abierto. “Esto supone que tienes es a un montón de gente trabajando de manera voluntaria en que ese software funcione y sea seguro, mientras que en un producto cerrado la empresa sólo tiene un número limitado de desarrolladores para encontrar vulnerabilidades”, comenta de la Cruz.
Snapchat
Esta aplicación presume de su seguridad por el mero hecho de eliminar los mensajes que se envían o reciben en cuestión de segundos. El problema surgió cuando hace un año Snapchat sufrió un ataque que reveló la información y las fotografías de unas 200,000 personas. No era el primer ataque, y este hecho dejaba al descubierto la supuesta privacidad de Snapchat.
“El hecho de que se borren los mensajes es como un analgésico, como un cinturón de seguridad, que alivia a los usuarios pero que realmente no es la medicina definitiva”, asegura Ramos.
Además “ya se han creado aplicaciones que permiten a los usuarios guardar la información enviada por Snapchat antes de que se borre”, completa Corrons.
Según las pruebas de seguridad elaboradas por Electronic Frontier Foundation (EFF), Snapchat es menos segura que sus principales competidores, WhatsApp y Telegram.
FUENTE : ELMUNDO.COM
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