La pandemia del Coronavirus está funcionando como un atenuante, un moderador del tono de conversación y denuncia de los defensores de la privacidad frente al acceso a los datos. La consigna de que todo vale para frenar esta pandemia de coronavirus parece imponerse.
De hecho, las redes sociales apenas se han calentado una mínima parte de lo que sucedió cuando los españoles descubrimos que las operadoras de telefonía móvil iban a entregar millones de datos anonimizados que permitirían al INE realizar un dibujo de nuestros desplazamientos y costumbres en el ámbito del transporte más preciso que miles de encuestas (y más barato).
En aquel momento, hubo quien puso el grito en el cielo, probablemente sin percatarse de que las grandes telecos tienen líneas de negocio basadas en big data y data analytics. La teoría es que el manejo de los datos anonimizados no invade la privacidad. Se desvincula el dato del sujeto y se trabaja con datos puros para lograr los famosos 'insights'.
Evidentemente, todo esto es un acto de fe. Confiamos en que todo se realiza correctamente y no nos espían. Porque, además, ¿para qué querrían mis datos? Si somos gente de a pie, normales, no tenemos nada que ocultar... Por cierto, quienes piensan que us datos no son importantes están muy equivocados. Es cierto que los de uno solo sirven de poco (depende de la sensibilidad del mismo), pero los de millones...
Leer más AQUÍ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario